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jueves, 19 de mayo de 2011

Hace un año

Hoy justamente hace un año que me incorporé a mi plaza como Residente. Mi sensación es que después de un año, apenas sé nada. Que voy muy despacio, y que sigo teniendo miedo muchas veces. Cada vez más, porque ahora soy consciente de que en cirugía, muchas veces (como dice uno de los grandes) no hay vuelta atrás. Lo hecho, hecho está y no hay más.

Haciendo balance de año...

Lo mejor sin duda mis mayores, mis erres mayores, quiero decir. Sin ellos no habría sobrevivido en la jungla. Somos un equipo, para lo bueno y para lo malo. Si uno cae, nos duele a todos, si uno triunfa todos somos partícipes. Sé que puedo dejar cualquier cosa en sus manos. Y mi coerre de uro, ¡cuánto hemos aprendido juntos!

Me quedo con los momentos docentes de mis adjuntos. Asumimos que estamos en un hospital universitario, pero ellos no cobran más por quedarse a explicarme como se cierra un abdomen, o ponerme un video sobre una hepatectomía central. Aún a riesgo de sus propias coronarias, ponen el bisturí en nuestras manos y nos enseñan que ser cirujano es mucho más que saber técnica.

Muy buenos los lazos hechos con otros servicios. En la puerta, en Interna, en Digestivo, en Anestesia y ¡hasta en Rayos! Quién lo diría... Y por supuesto en el servicio con los mejores residentes... El de los quebrantahuesos. No sabéis lo que os echaré de menos cuando vuelva a hacer guardias sola. Os he cogido cariño ;) Y luego están los que sin ser del mismo servicio es como si lo fueran, como Uro o Vascular...

La enfermería, de la que he aprendido mucho no, muchísimo. Sondas, vías, y lo más importante, el uso de la lógica como herramienta de trabajo... Menudos cracks.

El chico que lleva los contenedores y me da los buenos días todas las mañanas, menudo currante. Hace que el día empiece un poco mejor.

Mi chef favorito, y toda la cocina del hospital, que me guardan comidas y cenas, será porque he crecido entre fogones que les he cogido cariño.

En fin, que ha habido momentos duros, me he llevado alguna que otra colleja, la mayoría merecidas. Y lo mejor es que de todas he aprendido algo.

Hace un año... Y qué rapido ha pasado, aún no sé nada, y yo, que siempre he sido la pequeña de la casa, la niña mimada, ahora tengo que preocuparme por otro más pequeño. Espero hacerlo tan bien como lo han hecho mis mayores, aunque el listón está muy alto.

En fin, a todos los que empezáis: ¡Aprovechad el tiempo! que ésto pasa muy rápido, y cuándo quieres darte cuenta, ya estás pasando el testigo... Y con la sensación de que a pesar de las horas invertidas sigues sin saber nada de nada.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Un hospital está hecho de ilusión

El título de esta entrada es una frase de uno de mis adjuntos. No uno cualquiera, no, es un adjuntazo. Diría que es una de las personas más auténticas que me he encontrado por ahí. Y como tengo debilidad por la gente sincera, pues me cae muy bien. Porque es docente, porque es muy inteligente (la verdad es que en mi servicio hay gente bastante brillante) y también, y aunque no sea políticamente correcto decirlo, porque le echa un par de huevos cuando hace falta.



El otro día, después de una cirugía de urgencias, mientras nos comíamos el bocata de los campeones (ese en el que estás sudado después de unas horas de trabajo psíquico, pero también físico, a las 4 de la tarde) cuando la cafetería está casi vacía y hablábamos unos cuántos de la calidad del sistema sanitario (a pesar de mi última entrada) que es fruto de la calidad del trabajo de sus empleados. Al fin y al cabo la mayoría estamos aquí por vocación, y si te dan tiempo para ver a los pacientes, y puedes dedicarte a ellos, puedes solucionar muchas más cosas, y lo haces con una sonrisa en la boca, lo que mejora la percepción del paciente sobre la atención que le das, y hace que no te quemes innecesariamente.

Un hospital está hecho de ilusiones, de proyectos, eso es lo que hay que incentivar. Por supuesto que hay que cumplir objetivos y hacer un trabajo, y hacerlo bien, pero eso nunca debería chocar con la calidad de lo que haces. Con más tiempo por paciente, con una motivación, en la que se premie el trabajo bien hecho, y se reconozca (a veces hace falta una palmadita en la espalda, aunque no sea literal) y con unas condiciones cómodas con facilidad de colaboración entre servicios se mejora la satisfacción del profesional, y sin duda, eso mejora la calidad de su asistencia.

Y es que al fin y al cabo, los sanitarios somos personas. Una persona feliz trabaja mejor. Y sí, a veces te preguntas como puede funcionar esto... A veces lo tienes todo en contra, y lo que marca la diferencia es el trabajo de los profesionales implicados. Todos los trabajadores que entran por la puerta del hospital son responsables en mayor o menor grado del resultado final de cada historia humana que pasa por aquí. Y no sé por ahí, pero en mi hospital hay mucha gente con ilusión. Mucha gente implicada en todos los sectores, y a la vez excelentes profesionales. Son todos y cada uno los que hacen posible, que a pesar de todo; el trabajo que ofrecemos sea de tal calidad, que personalmente no querría irme a otro sitio a que me tratasen.

Por supuesto que hay días en los que es más fácil tener ilusión, lo veo releyendo entradas. Pero para eso están los compañeros, en los que uno se puede apoyar. Y los jefes, que son los que acaban asumiendo los problemas que todos los anteriores no han podido solucionar. Claro que para eso hay que comunicarse. Si uno no trabaja en la urgencia es difícil saber que no funcionan las luces. Que por cierto, me he asomado por casualidad al box de trauma y me ha parecido ver arreglada la lámpara y a los resis escribiendo informes en el ordenador, así que supongo que ya funciona la impresora, lo que de confirmarse (ya os lo contaré) hará que la próxima guardia sea más llevadera. Y que la concentración en los pacientes sea mejor. Os parecerá una tontería, pero son esas pequeñas cosas que hacen que no te desgastes para nada y puedas concentrarte en lo que de verdad es tu trabajo.

La ilusión es la que hace que las cosas funcionen.

domingo, 8 de mayo de 2011

Sanidad Madrileña en crisis, pero nos apañamos…

Hace 2 meses que hago guardias de traumatología, como parte de mi formación integral como médico interno residente española. El primer día ya estaba así esta lámpara (no sé cuando llevaría). Yo estaba allí cuando la supervisora prometió cambiarla para el día siguiente, a más tardar el lunes. También estaba allí cuando vino una residente de familia al box de cirugía a que la atendierámos por las quemaduras producidas por esa lámpara. Y por supuesto llevo 2 meses cosiendo a gente sin ver un carajo. Pero no pasa nada, porque: ¿Te puedes apañar, no? Y si dices que no, menudo rarito el nuevo residente de cirugía…



Haciendo un balance de la guardia de ayer, en la que debimos atender unos 50 pacientes en el Box, un 50% venían por traumatismos del miércoles (no sé qué pasó el miércoles). Un 10% a por una segunda opinión, porque no se fiaban de otro hospital o de compañeros de días previos…
- Vamos a ver ¿Qué a ha estudiado usted para decir eso?
- Es que el otro día no me hicieron ni una placa… Bueno, ¿conoce usted los criterios de Otawa? Dado que no los cumple ni los cumplía, ni la evolución así lo requiere, no está indicado irradiarle innecesariamente, y que lo paguemos todos, pero vamos que para mí no va a ser ese cáncer (o puede que sí, ya se sabe de la radio sensibilidad del tiroides).

Discutir sólo te lleva a retrasar el resto de cosas que hay que hacer, y a calentarte la cabeza para nada, así que a veces haces radioterapia, por no pagarte la psicoterapia.

Otro 20% venían por un parte de lesiones, porque les habían agredido y claro, la policía les pedía un parte de lesiones del hospital. Joder, que contraten a un forense para eso, que mi trabajo es atender pacientes, no servir de abogado de nadie, una cosa es que yo considere indicado hacer un parte y otra que tenga que escribir en el motivo de consulta: "Petición parte de lesiones" y el parte: No objetivo lesiones: Pronóstico: "leve salvo complicaciones".

- Según refiere la paciente, ha recibido agresión ayer. Hematoma de equis cm en localización anatómica equis de coloración parduzco amarillenta (vamos que de ayer no me parece). Ni me parece indicado mandar tto, ni creo que mi sueldo vaya para esto si la policía quiere un informe que pague a un forense.

Aproximadamente un 10% eran verdaderas urgencias, que requerían atención inmediata.

Para ese 10% nos habremos gastado un 90% innecesario en hacerle la ficha de filiación, con el sueldo de los administrativos que los reciben, el del celador que los acompaña a trauma, la atención de 3 residentes y un adjunto que atendemos las urgencias, el del auxiliar o celador que los acompaña a rayos, las como poco dos proyecciones que haces cuando intentas valorar bien algo (el mundo de las 3 dimensiones), con el sueldo de los técnicos de rayos que se dedican a eso, el del que lo trae de vuelta. El sueldo de la enfermera que le da un tratamiento o le hace un vendaje, o simplemente le pone betadine a la herida (si es que la tiene). La luz, el teléfono, y el mantenimiento informático para hacerle el informe de alta. Que por cierto, la impresora también lleva rota unos meses, y ayer murió de forma definitiva, por lo que tuvimos que hacer a mano todos los informes, pero bueno: ¿Os apañáis no? Porque por supuesto el informático de guardia al que llamó hasta el jefe de hospital no está para trabajar un sábado.

Gasto promedio por paciente... No tengo ni idea, pero no creo que baje de los 50€, motivo por el que no me parece descabellado lo del tema del copago, del que cada vez estoy más a favor.

En fin, todo esto por 10 euros la hora, que luego dirán que los médicos cobramos mucho, pero vamos, una persona que se dedique a la limpieza de casas las mismas horas que yo ganaría seguramente más, y posiblemente con menos estrés. Vamos, que porque uno tiene vocación, pero claro la vocación no sirve para pagar el alquiler.

Y seguimos con las condiciones laborales, recortado hasta en zumos de quirófano, que vas a meterte a una cirugía de varias horas después de otras cuantas de guardia y más vale que te hayas traído provisiones de casa, porque el hospital no tiene dinero para pagar tu aporte mínimo de glusosa, y si quieres una botella de agua con el café del desayuno, también la pagas, porque tampoco entra en el menú. ¡Que un vaso de agua no se le niega a nadie, joder!

Otro 10% que me he dejado fue de poyaqués, pero eso ya lo contaré en otra entrada.

En fin, comprenderéis que cuando a las 4 de mañana me llamaron para valorar un pie y al subir me encuentro a un borracho cagándose en Dios, lo más bonito que le pudiera decir fue: “Caguése un poco más abajo, que todo lo que sube, baja”.

Y al fin a las 12, cuando voy al cuarto a coger mis cosas, me encuentro que desde la ventana del baño se pueden apreciar unas bonitas vistas al hospital, y claro, por supuesto el hospital puede apreciar unas bonitas vistas a tu baño:



Y podría contar muchas más cosas, como el hecho de que mientras te pones a operar estéril no debes dejar la cartera en la mesa de la puerta, porque al acabar puedes ser 70€ más pobre, como me pasó el otro día. Vamos que acabaremos pagando por ir a trabajar, pero vamos, que nos apañamos…

Y os explico como se puede reducir la deuda sanitaria: invirtiendo en educación sanitaria, que la gente tenga sentido común, y cuando no lo tenga pague una multa económica por ello, que es lo único que parece funcionar bien este país.

Pdta: Cualquier sentimiento exacerbado en esta entrada es fruto de una semana en la que he pasado exactamente 83 horas en el hospital, de las 144 totales (teniendo en cuenta que el lunes fue festivo). Ruego se perdonen posturas radicales fruto del hambre y la falta de sueño. Pero es que estoy hasta los mismos ovarios de tener que apañarme.

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