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domingo, 6 de mayo de 2012

Vergonzoso tirón de orejas

Salgo de guardia, 29 horas en el hospital. Nos llama el jefe, bastante enfadado a todo el sector de residentes de cirugía. Pienso en una de mis últimas guardias. Y posibles motivos por los que podría llevarme una bronca. ¿Qué habré hecho mal? Repaso mental (todos estos en una guardia, no exagero):


- Me desayuné con una perforación gástrica en una paciente séptica con abdomen en tabla a la que subí a quirófano tan pronto como estuvo libre.

- Mientras subía a quirófano, dejé en la observación un tráfico, del que se ocupó, gracias a que no estaba sola mi erre mayor que se hizo cargo del busca.

- ¿Mal manejo de la sepsis biliar? No, no puede ser, por mi parte hice todo lo que estuvo en mi mano.

- ¿El del TAC compatible con isquemia intestinal que acabé diagnosticando como hematoma intramural secundario a intoxicación por sintróm? No puede ser, el señor estaba mejorando…

- ¿La colecistitis en la paciente neutropénica que me estuvo quitando el sueño si había o no que operar? No, ya había hablado con radiología intervencionista y estaba pinchada.

- ¿El de la diverticulitis perforada? No, no estaba séptico, tenía el antibiótico que tocaba, y había mejorado…

- ¿La del Nissen que vomitaba? Imposible, el EGD que fui a hacerle de la mano a las 7 de la mañana con los técnicos de rayos, no mostraba patología quirúgica urgente. No tenía alteraciones hidroelectrolíticas…

- ¿La paciente de la ictericia obstructiva con ecografía compatible con colecistitis aguda sin signos de infección?

- ¿Sería que la pancreatitis de la UCI había empeorado?

- Tenía que ser alguna de las parrillas o brechas del box. Seguro que con aquel lío a alguien me había olvidado de vacunar de tétanos…

En todo aquel rato, pasé por el cuarto donde “dormimos” aproximadamente 10 minutos, a las 9 de la mañana porque estaba en el box escribiendo un evolutivo, incapaz de mantener los ojos abiertos y dije, a ver si me lavo la cara y me despejo… Algo me había pasado por alto seguro en aquellas circunstancias.

En fin, a ver que había hecho. Pues lo vais a flipar (al menos yo lo hice). Porque el tema no iba por dónde a mi me parecía lógico que fuera. Resulta que las quejas llegaban de los altos mandos. Por parte de la subdirectora médica, ni más ni menos. Que os estaréis preguntando que cagada tan gorda hemos hecho para que la persona encargada de tantas cosas como supongo que debe hacer alguien con ese cargo, se moleste y nos dedique 5 minutos de su tiempo a unos humildes residentes de cirugía.

Resulta, que el cuarto en el que dormimos, 4 residentes de cirugía, alguno de familia y alguno de los adjuntos de puerta de vez en cuando, ¡oh Dios mío! estaba desordenado. En lo que mi jefe calificó como el momento más vergonzoso de su vida lo llevaron a ver que teníamos 10 zuecos en el suelo, y ropa encima de la silla. Que digo yo. 5 personas, a 2 pies cada una hacen 10 zuecos, que en algún lugar tienen que estar. Vergüenza es que en ese cuarto, haya sólo un armario de 50 x 1.70cm. Vergüenza que los residentes de cirugía no tengamos taquillas en quirófano. Vergüenza, mucha vergüenza, es que la señora que debía preocuparse porque no nos recorten el sueldo, por no cerrar pasillos, mientras los pacientes se hacinan en la urgencia y tienes que verlos en el pasillo 3 segunda fila 18 bis… Mientras se gastan dinero en termómetros última generación que maldita falta hacen, y en el box de cirugía no hay sedas de 2/0, mientras las cosas van como van… Vergüenza que se dediquen a ver qué pasa en los cuartos privados dónde dormimos. Vergüenza, además de ser ilegal (artículos 197 y 198 del código penal español), que el jefe de celadores pase a los cuartos a hacer fotos de nuestros objetos privados (que además podían haberme pillado en pelotas en la ducha), porque en este país, señores, se castiga con pena de prisión de hasta 7 años la invasión de la intimidad de un individuo, con agravante si esto se hace haciéndose valer uno de su puesto de trabajo.

Vergüenza que estos señores me quieran dar lecciones de seriedad y de educación, que hay que ver lo que tenemos que aguantar los que somos hijos de un padre sólo…

Así que como yo suelo ir de frente a solucionar mis problemas, hice lo que hace una mujer (o un hombre) en estos casos, y fui a preguntarle a la chica de la limpieza, que problema había con nuestro cuarto para que la trascendencia del tema hubiera llegado a ciertos niveles. La chica, que por cierto es un amor, dijo no saber nada del tema, y acabamos llegando a un acuerdo… Ella no contesta el busca de cirugía y yo no me preocupo por pasar el mocho.

Y aunque seguro que hay protestas a nuestro acuerdo a mí, la verdad es que me parece de lo más sensato.

¿O no?

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