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jueves, 27 de octubre de 2011

Llueve

Hoy vuelve a llover y ha venido a mi cabeza algo que escribí hace un par de años y que ya he vuelto a colgar en alguna ocasión. La verdad es que releyendolo la calidad literaria deja un poco que desear, pero me apetece ponerlo otra vez y ahí va:



Hoy llueve en mi corazón y se tiñe de gris mi alma,
como el cielo de Madrid
Que llora por el dolor que no podemos curar
Hacen falta más de dos manos para arreglar una vida
Me duele el alma, hierve en mis entrañas
Y hago mío el sufrimiento de quienes buscan ayuda
Y llora mi corazón, que se da cuenta
De que el mundo no es tan justo como a veces aparenta
Estoy sangrando, me sangra el alma
Y no hay vycril o nylon que la pueda suturar
Le pongo un par de tiritas, hechas de buenos momentos
Y la guardo en el cajón de cosas que usaré algún día
Afuera sigue lloviendo, yo también lluevo.

martes, 25 de octubre de 2011

Fase maníaca quirúrgica...

Normalmente, en mis ciclos de manía-depresión desde que elegí la especialidad, no suelo escribir en los puntos de inflexión... Cuando estoy muy abajo por no resultar deprimente, y cuando estoy muy arriba, porque me suelo ir de cañas a celebrarlo.



Hoy estoy arriba, más arriba que ayer. He pasado un día estupendo (por no decir cojonudo), con unas 9 horas de quirófano ha sido un día, muy, muy productivo. Lo único que siento es no tener tiempo de repasar cada movimiento, cada detalle. Hoy he recibido una magistral lección de anatomía del mejor libro que uno pueda tener: un paciente.

Hoy, justamente hoy, que no lo esperaba y que desde luego no es el día en que más lo merezca. Hoy ha tocado así, y estoy como si la noradrenalina me la hubieran puesto a mi. Y es que, señores, en días como hoy me siento orgullosa de llevar un PIJAMA VERDE, que por supuesto, no conseguirán que me quite (y a veces tampoco que me ponga, porque lleva sin haber de mi talla así como 2 semanas, pero esa es otra guerra).

lunes, 24 de octubre de 2011

NO VOLVERÉ A SER JOVEN

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

JAIME GIL DE BIEDMA

Arriba...

Ya os he contado más veces que esto de la cirugía es una especie de montaña rusa. Una montaña en la que uno está hoy subiendo y mirando desde la cuesta arriba como será la bajada... ¿Habrá looping?




Hoy ha sido un día de subir. Por mi parte hice lo que tenía que hacer. Lo que debería hacer siempre un buen residente, y que a veces por mil excusas, absurdas o no, no hacemos. Hay veces, que aún haciendo todo lo que se debe las cosas no van como uno esperaría. Que voy a contar yo a estas alturas…

No ha sido el caso. Llegué a las 8, y hasta me dio tiempo a un café y un donut después de cambiarme de ropa. Puede que ese café haya sido el responsable de mi buen humor el resto del día… Vi a los pacientes, me sabía su historia, las indicaciones...

Ayer estudié hasta tarde. Me costó encontrar un libro de cirugía dónde se explicase la adrenalectomía laparoscópica. En la enciclopedia lo incluyen en el apartado de urología, y claro a ese no tengo acceso… Pero al fin lo encontré. Recordé ese libro de cirugía mínimamente invasiva que me compré en la librería del Clínico un día que salía de guardia (si Josefina no lo tiene no os molestéis en buscarlo en otro sitio, es la mejor librera del mundo). En realidad me lo compré bajo la influencia del saliente, en la que uno ve una cosa llamativa y saca la tarjeta de crédito, porque sufre el bien descrito en otros blogs como síndrome del “MeLo”. No tenía muy claro que lo fuera a usar para algo. Pero la verdad es que me ha salvado el culo muchas veces. No sólo por el texto y los resúmenes, sino por los DVDs dónde puedes ver explicadas y grabadas todas las técnicas que describe por laparoscopia. Vamos, una gran inversión que hoy me ha hecho aprovechar la cirugía desde el momento de la colocación del paciente hasta el final. Eso y dos adjuntos con buen humor, ganas de enseñar y buen saber hacer. Yo hice mi parte, pero sin ellos no me habría servido de nada…


Después otra cirugía fácil, en la que yo no estaba programada, pero he pedido permiso para colarme y me han dejado… Y claro, así cualquiera. Bajé a ver si había algo que hacer en la urgencia (cuando uno acaba pronto está feo dejar que los compañeros se coman marrones solos) pero casi no he hecho nada. Vamos que la cosa estaba tranquila y sólo he visto un paciente (en realidad a medio, porque según le arreglaba la herida, mi erre mayor, que apareció de repente, le acabó la historia). Y luego una sesión interesante de nuestro pequeño de Uro, que la verdad es que se podía quedar con nosotros porque trabaja fenomenal, gran inversión han hecho los urólogos.

Un vistazo a los pacientes que te recuerdan que no todos los días uno está en la parte alta… Una conversación, siempre agradable con los mayores, sobre lo que hacemos y lo que nos falta por hacer. Y ahora, de vuelta a la lucha, que mañana puede ser un gran día, pero yo debo hacer mi parte.

viernes, 14 de octubre de 2011

Cicatrices

Y pasaron las vacaciones. Tiempo de reflexión… ¿Merece la pena? Pues la respuesta está clara: NO. La cirugía no merece la pena. Te vas a casa con más cicatrices que las que les dejas a tus pacientes. Lo que pasa es que esas no se ven…



Y volví al curro… Para ser sinceros volví porque el sueldo de agosto me había permitido pagarme un pedazo de viaje por USA mientras el resto del país está en crisis. Porque hay que ganarse el pan. Porque llevaba toda la vida queriendo ser cirujano, y no voy a salir corriendo ahora…

Volví porque, que cojones, me encanta… Y las dificultades, las complicaciones, la sangre y el sudor empleados… Son parte de este trabajo… Volví con una semana sin guardias y programada todos los días (ya era hora). Volví relajada y feliz, y claro, cuando menos te lo esperas va esta perra y te muerde. Pero así es este trabajo…

Volví, y no quiero hacer otra cosa. A pesar de los pesares. Si no lo hago yo lo hará otro, que seguramente esté menos motivado. Y haciendo balance del verano, creo que lo hicimos bien. Me refiero a mis compañeros (los resis de cirugía del HSO). Para que digan por ahí que no estamos motivados… Yo me iba a casa a las 4 de la tarde de un saliente sabiéndolo todo de los pacientes de la planta, conociendo la urgencia, y preocupada porque los que venían detrás no los conocían como yo... Habiendo hablado con radiólogos, digestólogos e internistas para pedir todas las pruebas complementarias que me parecían necesarias, o que se comentaban en sesión…

Ahora aún no he cogido ritmo, me está costando volver después del último zarpazo. Pero lo haré mejor, sólo me queda ir hacia arriba y mejorar… Hay infinitas cosas en las que hacerlo. Da igual las horas necesarias...

De guardia: EN GUARDIA

A falta de 3 horas para mis deseadas vacaciones, suena el busca… ¿Dónde está la luz? Ah, sí, ya lo veo, de la urgencia. Algún capullo que se habrá dado un golpe hace mil años y pasaba por aquí… Total, me voy en un ratito… Veo lo que sea y lo apaño…

-¿CIRUGÍA?

- Te llamo de la Urgencia, ha dado un preaviso el SAMUR nos llega un chico con puñaladas múltiples en tórax y abdomen, te esperamos en la emergencia…

- 6:30 am, he debido ser malísima en otra vida… Yo sólo quiero irme a casa, no puede ser verdad esto, después de este verano de mierda no merezco esta llamada…

Y entonces recordé unas palabras de mi erre mayor (el cabronazo siempre lleva razón…) Me dijo una vez… Nunca bajes la guardia mientras tengas el busca, sólo puedes relajarte cuando lo hayas pasado, hasta entonces, eres responsable de lo que llegue a cirugía. Nunca dejes de hacer lo que se debe hacer….

Y así aprendí el manejo de un traumatismo toraco-abdominal abierto… Y me fui de vacaciones exhausta, pero con un subidón de adrenalina que me impedía el sueño…

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