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lunes, 28 de junio de 2010

Mi tutor

Recuerdo con bastante detalle el día en el que fui a presentarme en el hospital. Lo recuerdo porque no hace tanto, y también porque estaba lo suficientemente nerviosa y alerta como para prestar atención a cada pequeño detalle. Eso sí, he tardado unas semanas en aprenderme como se llama cada uno. Es que es mucha gente de golpe.

También recuerdo la entrevista con el que es nuestro tutor de residentes. La verdad es que es un hombre en principio muy serio, y al que veía muy por encima de mí en muchos aspectos. Y no es que no sea así, porque desde luego que sabe mucho más que yo de casi todo (por no decir que de todo). Me dio un montón de folios sobre normativa del hospital y alguna bibliografía imprescindible. Después de eso me preguntó si tenía alguna duda... ¿Alguna?

El caso es que esta mañana he estado con él en el quirófano, y he de decir que ha sido de las mejores mañanas que recuerdo desde que llegué al hospital. Porque he visto una cirugía preciosa, pero sobre todo porque he aprendido muchísimo. Él y uno de los que más saben del servicio, que al principio también me daba un poco de miedo, pero que sin saber porqué he llegado a cogerle el cariño que se tiene a alguien de la familia. Quizás porque me llama hija o niña, o porque me hace sentirme protegida, mientras me enseña con una paciencia infinita cosas que para mí son misterios, y que sin duda alguna él tiene completamente dominadas desde hace años.

He salido del hospital con una sonrisa radiante, que nadie que no se dedique a esto y lo haya vivido alguna vez entendería, y es que son esos pequeños momentos que hacen que te des cuenta de que estás en el sitio adecuado en el momento preciso.

Y mañana me toca ambulantes con mi tutor otra vez. Resulta difícil de creer si os digo que me siento afortunada por tener este trabajo en el que me pagan por hacer algo que me encanta y puedo llegar a casa con una sonrisa sincera. Alguna vez con alguna lágrima, pero eso es lo que pasa con las cosas a las que queremos...

Hoy ha sido un gran día.

domingo, 27 de junio de 2010

¿Hay alguien ahí?

Sé que hay mucha gente que pasa por aquí a diario. Algunos asiduos, otros temporales, muchos que tropiezan por este espacio como de casualidad, mientras van a hacia otro sitio o simplemente hacen tiempo mientras se toman un descanso en el camino.



Me gusta entrar en este espacio, que considero mío, pero que sin vosotros sería diferente, y ver como suben las visitas. Cuando empecé no esperaba ser tan leída, la verdad... Y de vez en cuando entro y miro las estadísticas, las cadenas de búsquedas, que son de lo más curioso, y me pregunto cómo sois vosotros, que estáis al otro lado, y que la mayoría de las veces calláis.

Me lo pregunto por curiosidad, pero en estos momentos, también porque me resulta útil para mi futuro profesional, porque quiero enriquecerme de esta comunicación bidireccional que me permite este espacio, y algún otro.

Sé que por aquí pasan algunos que hace unos años estaban dónde yo estoy ahora, y algunos que esperan estar dentro de unos años aquí. Otros compañeros de camino, y alguno cuya vida no tiene nada que ver con la mía, pero que quién sabe...

Así que si tienes un rato, para contarme cómo has llegado hasta aquí, este es tu momento, porque esta entrada, la hago más para leer que para escribir.

Vuelvo a preguntar: ¿Hay alguien ahí?

jueves, 24 de junio de 2010

Poco a Poco...

Sigo embarcada en este mundo quirúrgico, del que intento aprender todo lo posible, lo más rápido que puedo. Lo intento porque eso me hace estar más tranquila, porque poco a poco voy entendiendo algunas cosas, que de momento son una minoría, pero sobre todo, porque haciéndolo me siento un poco menos inútil. Y es que la sensación de estar a años luz de mis mayores creo que no desaparecerá en muchos años...



Esta mañana estaba programada en el parte de quirófano. Dos tiroides. Ayer por la tarde me entretuve grabándome a mi misma mientras leía el capítulo del Sabiston sobre el abordaje del tiroides. Así que de camino al trabajo he ido escuchándome a mi misma (quien necesita música) repasando paso a paso lo que iba a ver. Aún así, en quirófano me resulta aún difícil distinguir los infinitos tonos de rojo, rosado o asalmonado que conforman cada tejido... Con lo maravillosamente bien que se distinguen en los atlas...

Bueno, hoy he aprendido a ver las paratiroides... Que son un poco como los kikos, esos que se comen saladitos, pero un poquito más rojas (creo que algún día escribiré un libro sobre descripciones anatómicas contemporáneas, jejeje)... He visto los nervios recurrentes, pero creo que si los tuviera que encontrar yo sola nunca habría dado con ellos, por suerte esta mañana he tenido buenos maestros, que me iban enseñando lo que hacían. Y es que el quirófano en algunos adjuntos tiene un efecto de bálsamo, que hace salga su vena docente y sean capaces de mantener la calma en situaciones de tensión, mientras controlan el campo quirúrgico y además te explican su manera de hacer las cosas y su porqué.

Para acabar la mañana hemos tenido un poco de busca, atendiendo las urgencias. Por suerte hemos contado con la ayuda de nuestro erre tres, que aún saliente de guardia ha cuidado de nosotros hasta que ha acabado nuestra jornada. Cortés, educado, buena persona y excelente profesional. Vamos, que yo firmaría por poder compararme a él en unos años.

Luego hemos dedicado parte de la tarde a preparar la sesión de mañana, dónde se plantean los casos que se van a operar la semana que viene, y que se supone función del R1. Con la ayuda de mi co-erre, rotante de uro, hemos acabado a eso de las 5 de la tarde y es que el trabajo en equipo, además de ser más efectivo es mucho más agradable.

Intentaré sacar algo de tiempo para contaros más...

jueves, 17 de junio de 2010

Consciente y orientada (¿x3?)

Así es como suelo empezar a describir la exploración física de mis pacientes. Aunque si yo fuera uno de ellos no sé si diría que ahora mismo estoy orientada en las 3 esferas. La verdad es que es difícil, porque yo, acostumbrada a llevar a la gente, y a saber a dónde voy, por primera vez en mi vida, tengo que dejarme llevar por otras personas que ven cosas que yo aún no he descubierto.

Esta mañana he tenido mi primera cirugía programada. Me había quedado a alguna, ya, pero en esta mi jefe me había puesto en el parte. Yo podía estar bastante tranquila, porque las cosas no dependen de mí, que aún no tengo prácticamente responsabilidad, pero iba en el metro notando como mi corazón latía muy fuerte, pensando en todo lo que podía pasar, en que ya no soy estudiante y que cada vez las cosas se ponen más serias. Me he acordado de eso de que somos la última barrera de la curación, de que si fallamos no hay generalmente otras opciones. Y he pensado en mis jefes. En todo el peso que son capaces de soportar. Yo aún les tengo a ellos por detrás, siempre tengo a alguien a quien llamar cuando no sé qué hacer, que de momento es prácticamente siempre. Me pregunto qué se siente cuando ya no tienes a nadie más allá de ti a quien recurrir. Cuando toda la responsabilidad la llevas cargada a la espalda. Y me ha dado miedo. No un miedo insuperable, de ese que te dan ganas de salir corriendo, sino un profundo respeto nacido de la admiración de ver a gente aparentemente normal haciendo cosas extraordinarias y generalmente poco valoradas.

Y he hecho lo que voy a estar haciendo durante mucho tiempo, dejarme llevar por todos los que saben más que yo, que son la gran mayoría. He intentado estorbar lo menos posible, y ayudar lo que podía, aunque de momento me produce respeto incluso pedirle a la instrumentista que me pase el material. Por suerte la mayoría de las veces ya te lo han puesto en la mano antes de que tengas que pedirlo. Y es que aquí todo el mundo va un paso por delante de lo que se está haciendo. De momento estoy como cuando cogí el coche por primera vez, creo que va a ser muy difícil manejar tantas cosas con tanta destreza a la vez y me consuela saber que otros han podido hacerlo antes que yo.

Y mientras pasan los días, voy conociendo a las personas que me rodean, en esto que como dicen algunos no es solamente un trabajo, sino una forma de vida. Y las hay para todos los gustos. Desde las que están estupendas aunque estén salientes de una mala guardia y son capaces de lanzarte una sonrisa que reconfortaría a cualquiera, hasta las que no te imaginas sonriendo ni aunque les tocase su número en la lotería de Navidad. Entre medias, hay una gran variedad de colores, y esto es un poco como la música, que siempre hay una canción adecuada para cada momento, pues en este caso siempre hay una persona adecuada para lo que se necesite hacer.



En fin, que ya les estoy cogiendo cariño, como si fueran de mi familia, será que paso demasiadas horas en el hospital o que el olor a sangre sudor y otros fluidos es capaz de unir a los seres humanos. O que me conmueve que mis mayores me protejan cuando vienen mal dadas y sentir que poco a poco voy formando parte de este equipo, por el que sería capaz de hacer cosas que seguramente aún ni siquiera imagino.

Espero que esta entrada no se vea muy afectada por la falta de sueño en la que me veo inmersa en estos últimos días y al menos haya salido algo mínimamente coherente. Intentaré contar más cosas, si mi agenda me lo permite. Que a pesar de pasarme el día haciendo cosas, siempre tengo muchas por hacer. Saludos a los de siempre y a los que acabáis de llegar.

A Mar decirle que para mí la cirugía fue una cuestión nada racional, lo hice por un impulso interno, como cuando te enamoras y no puedes hacer nada para evitarlo. Será que en el fondo soy una romántica, pero me parece necesario sentir algo así para poder tirar adelante cuando las cosas se ponen difíciles. Yo creo que más bien ha sido ella la que me ha elegido a mí, ahora tengo que demostrar si me lo merezco.

miércoles, 9 de junio de 2010

Día intenso de primeras veces...

Mientras escribo esta entrada, aún me dura el subidón del intenso día que he tenido... Por la mañana he llegado al hospital, y por primera vez no sólo no he huido del busca, sino que he sido yo quién lo ha pedido. ¡Con dos cojones! Tampoco voy a presumir de ello, porque hoy estaba a nuestro lado 4x4, que se mueve a la perfección en todo tipo de terrenos y así se atreve cualquiera...

He aprendido a desbridar úlceras necróticas, a manejar con una mínima soltura un trauma costal, a conocer las diferentes formas en que se puede presentar una apendicitis (puede simular casi cualquier cosa), o a diagnosticar una obstrucción intestinal o al menos sospecharla... También he aprendido que a veces la vida puede ser bastante injusta, porque me ha tocado el corazón, precisamente la historia de una paciente a la que no hemos llegado a ver, pero veremos mañana. Pero no voy a hablar de cosas tristes, porque hoy ha sido un día con demasiadas cosas buenas.

La tarde ha empezado bien, cuando el más encantador de mis adjuntos me ha llevado en su cochazo, un clásico Mercedes slk 230 (si me equivoco de modelo ya me corregirá), de mi color favorito (tampoco me había montado nunca en un descapotable), a un curso de cirugía laparoscópica con cerdos en Getafe al que mi jefe me apuntó el otro día. La verdad es que aunque tenía muchas ganas pensaba que el curso no me serviría de mucho, porque no iba a entender nada. Al final tengo que decir que ha sido sin duda el mejor curso de todos los que he hecho. Un adjunto majísimo de Getafe me ha enseñado a dar puntos, colocar bien la óptica para ver el campo (no creáis que es fácil) y descubrir que moverse en dos dimensiones es mucho más complejo que moverse en tres y así una erre tres y yo hemos dado nuestros primeros punto por cirugía laparoscópica, aunque ella claramente conocía mucho más que yo el instrumental y como tenían que verse las cosas. Lo difícil es ir un paso por delante y saber que quiere hacer la otra persona para dirigirte en uno u otro sentido.


Vamos, que os parecerá una tontería, pero yo estoy tan emocionada que creo que me va a costar trabajo dormir . Mañana más…

martes, 8 de junio de 2010

Solos ante el peligro...

Hoy ha sido un día duro... 4x4 saliente de guardia, Melendi en quirófano, y nadie al otro lado del busca cuando se nos han acumulado a mi compi rotante de uro y a mí un absceso retroauricular, 2 traumas torácicos y un dolor abdominal esperando a que decidiéramos que hacer con ellos.

A pesar de eso, estoy contenta, porque he conseguido explicarle a una abuelita entrañable como tenía que tomarse los analgésicos, y le he hecho repetírmelo 3 veces para asegurarme de que lo había entendido. Le he explicado que podía dolerle unas 3 semanas, que no tenía costillas rotas (después de un viaje a rayos, por si había algo que yo no viera), pero que el dolor era parecido con ellas rotas o no, que intentará hinchar un globo varias veces al día, bebiera agua abundante, se pusiera una mantita de calor a ratos y se tomara la analgesia para evitar que al respirar más superficialmente por el dolor pudieran acumularse secreciones y se infectaran.

Por supuesto que se controlara por su médico de atención primaria y que ante cualquier complicación volviera a la urgencia...

Antes he estado media hora comprobando en el vademécum que los dos analgésicos que le he mandado alternar era compatibles con su insuficiencia renal. Más o menos ha sido como lo de la aspirina de la entrada de ayer.

Me ha dado las gracias por ser tan buena con ella. En ese momento, me he alegrado como nunca de haber elegido la mejor carrera del mundo.

lunes, 7 de junio de 2010

"The House of God"

Hace tiempo que me compré este libro, pero es en este momento justo cuando ha conseguido engancharme. Os copio una parte que me hizo sentirme identificada:

"When the Fat Man went to lunch and we did not, the terror returned. Maxine asked me to write an order for aspirine for Sophie's headache, and as I started to sign my name, I realized I was responsible for any complications, and I stopped. Had I asked Sophie if she was allergic to aspirin? Nope. I did. She was not. I started to sign the order, and stopped. Aspirin causes ulcers. Did I want to have this poor LOL in NAD bleed out and die from an ulcer? I would wait for the Fat Man and ask him if it was all right. He returned.

'I've got a question for you, Fats.'

'I've got an answer. I've always got an aswer.'

' It is all right to give Sophie two aspirin for her headache?

Looking at me as if I were from another planet, Fats said, 'Did you hear what you asked me?

'Yes'

'Roy, listen. Mothers give aspirin to babies. You give aspirin to yourself. What is this, anyway?'

'I guess I'm just afraid to sign my name the order.'

'She's indestructible. Relax, I'm sitting right here, OK?...'

Pues eso, que cuando la responsabilidad está en tu mano las cosas se ven de otra manera...

miércoles, 2 de junio de 2010

Conociendo el servicio...

Pues eso es lo que dice nuestro tutor que tenemos que hacer este mes. Aprender dónde está cada cosa y como se trabaja. Saber dónde tienes que ir cuándo te llaman al busca, y en ello estamos.

Ayer fue día de ambulantes para mí. Al menos por la mañana. Me tocó con uno de los adjuntos más accesibles del servicio. Será porque siempre me ha caído bien la gente con hoyuelos que le dibujan la sonrisa. Es un rasgo que se marca mucho en la gente alegre será por eso que dicen de que la cara es el espejo del alma.



"¿Qué experiencia tienes?" -Me dijo-. Y yo: "Tú, mejor parte de la base de que no sé nada, que no irás mal encaminado..." Y poco a poco fui conociendo como se trabaja, y me dejó coser varias veces, incluso manejando el prolene, que es un hilo al que aún le tengo un poco de manía. Lo bueno de ser una hoja en blanco es que puedes disfrutar mucho viendo como se escribe la historia con esas pequeñas cosas que ahora me parecen un mundo. Una de ellas fue aprender cómo se quitan uñas, que menos mal que la paciente no me veía la cara, porque me estaba doliendo a mí más que ella, que ya estaba perfectamente anestesiada por mi adjunto. Es que tengo que decir que me recordaba a una de esas pelis que le gustan a mi padre. No sé si alguien habrá visto "El crimen de Cuenca", pero si es así sabréis a lo que me refiero, aunque ya os digo que la anestesia había sido muy eficaz y a ella no le dolió nada. Creo que debía verse reflejado en mi cara, porque al llegar hoy me ha preguntado si he soñado con uñas y es que no se puede ser tan transparente a veces...

Al final de la mañana mi residente todoterreno (aunque yo prefiero llamarla 4x4, porque además es erre cuatro) me dejó coser una ceja de una abuelita que se había caído y estaba en la urgencia, y oye, después de tener tan buen maestro a primera hora, tengo que decir que no quedo mal, y que sorprendentemente estaba bastante segura de lo que hacía. Aunque claro, con compañeros así al lado es imposible no estarlo.

Como ayer era una buena guardia, porque estaba 4x4, y Carter (el adjunto más joven del servicio), y yo estaba súper motivada, decidí quedarme a comer. La verdad es que no hubo tiempo para el aburrimiento, porque estuvimos toda las tarde trabajando y me enteré un poco de cómo se hacen esas cosas que por la mañana y con tanta gente son difíciles de procesar. También estoy contenta porque le perdí un poco el miedo a eso de historiar y escribirlo en la urgencia, y es que no hay nada como empezar a hacer las cosas para descubrir que puedes hacerlas. Vamos, que seguiré pidiendo ayuda para todo, pero me siento un poco menos inútil...

Esta mañana, con la sensación de no haber salido del hospital, porque como ya os he dicho antes he pasado una noche regular, hemos ido a pasar planta con miss-surgery. Rubia, ojos verdes, guapísima y todo elegancia. Vamos que si tiene algún defecto yo aún no lo he encontrado, y resulta que además es simpática y muy buena con los pacientes, y he de decir que también con los resis. Sólo siento no haber estado un poco más despierta, para haberlo aprovechado más, porque ahora mismo, como veis soy una pequeña esponja dispuesta a absorber todo lo que pueda de los que me rodean.

Después y con un nuevo ataque de tos me he ido a neumo, el resto ya lo sabéis...

¿Alergia?

La verdad es que llevo dos semanas un poco tocada físicamente. Menos mal que acabo de empezar y aún estoy fuerte. El caso, es que he pasado unas cuantas noches sin poder dormir apenas por ataques de tos, que se iban intensificando a lo largo del día, hasta que al caer la noche casi no me dejan hacer otra cosa que no sea toser. Ayer, al salir del hospital a eso de las 11 de la noche (ya sé que soy una motivada de la vida), decidí ir a la farmacia a hacer algo que les recomendaré a mis pacientes que no hagan, o sea, automedicarme. Tengo que decir que el remedio elegido (loratadina) no ha sido el mejor, porque esta ha sido una de las peores noches de la semana. Así que oyendo los consejos de la gente que me rodea, especialmente la princesita con la que vivo, y la persona más imprescindible de mi servicio, ese ángel de la guarda que nos cuida, he decidido ir a neumo. Allí me han mandado corticoides, y seguir con la loratadina, y de paso me han citado para consulta y espirometría el martes. Me niego a pensar que soy alérgica, pero la verdad es que después de unos cuántos chutes, he conseguido dormirme dos horas seguidas, y llevo un rato ya largo sin toser. Por lo visto este año está debutando mucha gente que no era alérgica.



Espero que esta noche pueda dormir de un tirón, porque la falta de sueño ataca gravemente a mi fase zen...

Ya os contaré, ahora voy a intentar hacer la entrada quirúrgica...

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