Cualquiera que se dedique al negocio, viendo el título, podrá darse cuenta rápidamente de que en un hospital, siempre hay ángeles que se dedican al cuidado de los pacientes. Sean o no curables, sean o no mejorables. Os voy a hablar, del que (que me perdonen todos los que se ponen pijamas verdes y blancos, compañeros o no) a mi parecer es el mejor equipo del hospital. En formación, en implicación, en compañerismo…
Os voy a hablar de esos profesionales, que mejoran la calidad de la estancia hospitalaria. Que nos ayudan detectando errores que muchas veces se nos escapan. Os voy a hablar de esos que en la práctica son los que muchas veces curan, muchas más mejoran, y que cuidan siempre. De esos que sacan los dientes y no tragan con lo que no les parece bien hecho. De esos que aunque en privado se lleven fatal con un compañero, son capaces de enfrentarse a un superior por defender derechos comunes. De esos que me han enseñado tanto, y que siguen haciéndolo cada día. De los que dan la voz de alarma, sin la que es imposible reaccionar.
Obviamente, es el equipo de enfermería el que reúne estas cualidades. En 3 años, muy pocas veces (me sobrarían dedos de una mano) he coincidido con alguno que no se implique en su trabajo. Me parecen un ejemplo a seguir, por múltiples razones. Y trabajando en equipo con ellos, la calidad y eficacia del trabajo se multiplica por 100.
Y otro día hablaré de los auxiliares, que merecen una entrada aparte y que espero no tardar tantos meses como he tardado en publicar esta.