Esta semana ha sido especialmente difícil para mi... Podría pasar y hablar de las indicaciones de la laparoscopia en la cirugía de la apendicitis aguda, o del triunfo liguero de mi Atletico de Madrid después de 18 años... Pero voy a hablaros de algo que en estos momentos me toca mucho más la patata...
Hace unos meses tomé la decisión de acoger en mi casa a un nuevo amigo. Un simpático peludo, más noble que la gran mayoría de las personas que he conocido. Fui a una protectora, y me traje a casa al que según ellos más lo necesitaba (quitando una gatita diabética a la que por horarios no podría atender como se merecía). Lo acabé llamando Tinto, por ese color brillante que tenía cuando le daba el sol... En principio se trataba de una acogida, mientras le encontraban casa definitiva.
Recuerdo el primer día que llegó a casa. Se escondió debajo del sofá y sólo salía llamado por la comida... Estaba muerto de hambre, y después de posiblemente muchos años en la calle (la veterinaria dijo que era un abuelito), ni se fiaba mucho de las personas ni el pienso era su comida favorita...
Pero se fue recuperando, y poco a poco se convirtió en la alegría de la casa. Siempre salía a saludar, se despedía de mi por las mañanas y cada vez que salía de guardia se quedaba a mi lado en el sofá durmiendo las horas que hiciera falta (como era viejito, tampoco tenía muchas ganas de jugar y destrozar cosas). Curado de su neumonía, de su otitis, y de su conjuntivitis que no tardó mucho en recidivar, resultó que tenía inmunodeficiencia felina o FIV. Para el que no lo sepa (yo ni idea del tema hasta ese día, en que me empapé todo lo que encontré en PubMed, y algún que otro foro) es un virus similar al de VIH, pero en gatos, y de transmisión entre gatos. Sin problema porque, una vez recuperado de todas sus enfermedades callejeras, estaba asintomático, quitando que de vez en cuando estornudaba, que no sé si tendría algo que ver. En general, diría que era un gato muy tranquilo, y al menos parecía feliz...
Llegó en calor y cambio su hambre voraz por inapetencia, lo que me preocupó cuando no quiso comer el atún que tanto le gustaba... En fin, hace 4 días, saliente de guardia, me pareció muy pachucho y lo llevé a urgencias, que como dato informativo, para el que se queje de la sanidad pública, diré que me costó 227€ que le cogieran una vía, le sacaran una analítica y le pusieran sueros. Resultó que estaba en cetoacidosis diabética (por si no tenía bastante)... La verdad es que para el diagnóstico que me esperaba, hasta fue un alivio, y se quedó ingresado yo pensé que mejoraría rápido con la sueroterapia...
Pero una vez más, la vida no es como uno quiere que sea, es como es. Y 48 horas después mi pequeño amigo peludo no sólo no había mejorado, sino que había hecho un fallo hepático. La ictericia y la coluria que tantas veces he visto, que tanto he estudiado, me dolieron mucho más... Casi no podía moverse... Y eso sí que no iba a permitirlo, porque si alguien no se merece sufrir es ese pequeño sin atisbo de maldad... Y me tocó tomar una decisión difícil. Hice por él lo que quisiera que alguien hiciera por mí, llegado el momento...
En fin, perdón por la sensiblería, pero es increíble lo que puede llegar a quererse a un bichito de 3 kg y 4 patas... Al menos se que por un tiempo fuiste feliz...
Gracias por haber hecho mi mundo un poquito mejor cada día.
Y para todo el que dude después de esta entrada si mereció la pena, les diré que es la mejor decisión que he tomado en los últimos años. Os dejo un link de la protectora en que yo lo encontré, por si alguien quiere echar una mano, al final, recibes mucho más de lo que das: http://www.rivanimal.org/
Que penita, las mascotas son compañeros especiales, y la verdad se les coge una gran cariño.
ResponderEliminarSe me han saltado las lagrimillas...
ResponderEliminarLo único que puedo decirte es que probablemente le has hecho pasar los mejores meses de su vida. Quizás sólo cuando ha sido feliz es cuando decidió que era el momento de marcharse.
Tengo un gato que recogí de la calle siendo un mocoso, y estando en tercero de medicina... He hecho media carrera con él... y ahora a preparar el MIR. Es mi mejor compañía de diario, es una locura de gato...
Hace un par de años recogí a otra (que se la llevé a mi madre...) que tenía una pinta terrible... Caquéctica, llena de garrapatas... pesaba poquísimo... también cachorrita... Sufrí la prueba de la leucemia felina (hay dos virus que se asemejan al sida humano en el gato, que es el de la leucemia felina y el de la inmunodeficiencia felina) y dio positivo... Me hundí totalmente... pero estaba bien... Le dije a mi madre que adelante (hay protectoras, aunque no te lo parezca que son partidarias de eutanasiar en cuanto dan positivo a alguna de las dos) que lo que tuviera que ser que fuera... pero que al menos el tiempo que estuviera, que fuera feliz y estuviera bien atendida. Va camino de cumplir los 3 años. Y no sé quién de las dos está más feliz... si mi madre con ella o ella con mi madre...
Merece la pena... pese a todo.
Sólo mandarte un abrazo fuerte.
Muchas gracias por el apoyo.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Encontré tu blog por casualidad (porque estaba buscando algunos consejos dado que comenzaré en 2015 la residencia en México) y de repente, me topo con esta entrada, que he de admitir, tocó fibras muy sensibles. Pienso que estos compañeros te cambian la vida (no sólo comparten un trozo de tu vida o te hacen compañía) sino te hacen revalorar a otras especies y a tenerles más respeto, así que te agradezco mucho que hayas escrito esta entrada y lamento lo de Tinto, espero te encuentres mejor y gracias por compartirlo.
ResponderEliminarTe mando un abrazo!
Los que tenemos animales domésticos entendemos perfectamente lo que sientes, la verdad es que se le llega a querer muchisimo y es parte de la familia. Mucho animo!
ResponderEliminar