Hoy he tenido que despedirme de uno de los caballeros que circulan por el mundo de la cirugía. Tal y como es este negocio, seguramente (si no me pueden esas crisis de fe que me dan muy a menudo últimamente) nos volveremos a encontrar.
Sólo puedo desearte lo mejor, y darte las gracias por todo lo que me has enseñado. Por estar al otro lado del busca o de la puerta en esas largas noches de guardias que parece que no se acaben nunca. Por compartir conmigo la primera nochevieja lejos de casa. Por dejarme cerrar mi primera laparotomía con esa paciencia infinita que sólo tienen los más grandes. Por ese saber estar, y por esa defensa de las bases que sustentan esta profesión.
Como digo, un caballero de los que ya no quedan, y además de todo eso, es una mujer estupenda. Un abrazo y hasta pronto ;)
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