Antes de comenzar esta entrada, queda por delante que sé que en el sistema sanitario español hay profesionales muy buenos, y he tenido la suerte de poder trabajar con alguno de ellos. También sé que hay más de algún compañero que coincide con esta entrada 100%, y que la mayoría no pueden permitirse opinar por motivos políticos. Como sabéis a mi la política me importa cada vez menos...
La verdad es casi había olvidado la frustración que sentía al salir de alguna guardia dónde más de uno sólo quería cobrarla por número de horas pasadas en el hospital, más que por la calidad de la asistencia prestada. Más que por el bienestar del paciente que parece ser lo menos importante.
Menos mal que hay gente dispuesta a recordarme las cosas de vez en cuando, dejando ese tufo a mediocridad que se te queda metido en la nariz como los olores más desagradables y sigues notando incluso cuando ya te has ido.
Yo me cansé durante la residencia de pelear por cada paciente como si fuera mi madre. Pelear para que le hicieran un TAC, pelear para que le viera un especialista, pelear para que el famoso dicho de mi hospital “corre grupo, pasa turno” no se hiciera realidad cuando yo estaba de guardia.
El caso es que hoy he ido al hospital con mi madre, esta vez de verdad, y he podido acordarme de toda esa escoria que siempre me indignó. Les cuento y así pueden juzgar Vds mismos… Se trata de una patología que estoy cansada de ver, en un lugar anatómico que habitualmente no trato. Y de esas patologías que parece ser que en todo el país hay muy pocas veces en las que el cirujano correspondiente este presente y se digne a valorar al paciente. La mayor parte de las veces ni se le molesta…
Cuando llegué allí, he podido hablar con la residente, muy amable, por cierto, y con un acento del este, que hace que me cuadre mucho más su educación tan apropiada. Como no estaba familiarizada con el manejo en esta zona anatómica, antes de ir al hospital lo mire en PubMed y UpToDate, que son algunas de las herramientas médicas que cualquier profesional médico debería consultar asiduamente. Y le hice un par de preguntas que me parecieron pertinentes sobre el manejo y potenciales complicaciones.
No debieron estar muy mal planteadas porque en un momento llegó la adjunta( y hasta llamaron al especialista correspondiente, que por supuesto no vino), para mí barbie superstar, no por lo atractiva, sino por la cantidad de implantes de plástico que llevaba en la parte más visible de su cuerpo (su cara). Le hice una pregunta sobre si podía ver la radiografía y ni me miró a la cara ni me respondió. Y aprovechó en el momento en el que fui a llamar por teléfono a la clínica para regañar a mis padres porque no entendía porque me daba el lujo de opinar en un hospital en el que no trabajo.
Claro que a mi ni me habló. Falta de toda deontología médica y de profesionalidad y por supuesto de cualquier conocimiento médico que le ha llevado a tratar un absceso con corticoides y antibióticos, hasta el lunes… En fin, me quedo con la residente, que intentaba hacer su trabajo de la mejor manera posible, subordinada a una idiota más con título de médico.
Espero que algún día hagan board para certificación en este país. Que si lo llega a haber, no sea tan corrupto como todo a lo que nos estamos acostumbrando últimamente, y que no tenga que compartir nunca espacio de trabajo ni de consulta con ciertos personajes que hacen que la calidad del sistema caiga hasta unos niveles que cuando uno cuenta fuera del país nadie se cree.
Por cierto, el absceso ya está drenado, y con esta entrada mi mala leche también...