Hace semanas que tengo ganas de escribir esta entrada, pero por falta de tiempo no he encontrado el momento hasta ahora. Quiero hablaros de mi jefe, el actual jefe de servicio. Si no me equivoco creo que fue nombrado oficialmente más o menos cuando yo empecé a pulular por el servicio, aunque algo me dice que lleva haciendo esas labores más tiempo. Hasta entonces se ocupaba de la docencia del hospital, además de la labor asistencial como adjunto de cirugía. Ahora en docencia ha pasado el relevo, pero eso será motivo de otro post.
Cuando llegué a la primera sesión me sorprendió mucho su manera de hacer las cosas. Acostumbrada a que un jefe mande y los demás obedezcan me vi de pronto descubriendo que las cosas se pueden hacer de otra manera. Me explico, porque para quien no haya estado nunca en una de nuestras sesiones será difícil de entender. Un dirigente puede ordenar que las cosas se hagan como él dice, y no tiene porqué dar explicaciones. Pero ese no es mi jefe. Él es un guía más bien, un Sócrates de la medicina. No impone sus ideas, sino que hace que cada uno exponga sus argumentos y se plantee preguntas que le lleven a la mejor resolución posible con los datos disponibles. Hace que la gente se plantee dilemas y los guía hasta la solución. Pregunta a cada cual que cree él que es la mejor opción, razona, argumenta y concluye en equipo aportando todo el conocimiento que se tiene sobre el tema, porque no me preguntéis cómo pero el siempre viene a las sesiones habiéndose leído los últimos artículos sobre los temas más relevantes y aún si se va de vacaciones al volver conoce detalles de los pacientes que a los que se han quedado trabajando se les escapan. La verdad es que no tengo ni idea de cómo le da tiempo a todo eso y luego además tener su vida, pero os digo que me parece un gran líder.
En quirófano, estar con él es descubrir una anatomía perfectamente definida. Andar sobre seguro, sabiendo que nada pasa por casualidad, sino que cada pequeño movimiento es producto de muchos años de estudio. Esta en lo que yo creo que es la edad perfecta para un cirujano. Con la destreza, la habilidad y los conocimientos necesarios para solventar cualquier eventualidad, y con las ganas de alguien lo suficientemente joven como para disfrutar de su trabajo.
El caso es que esta semana he estado con él en el parte un par de días. Y trabajando a su lado me doy cuenta de la presión a la que se ve sometido, sin que nadie le diga nunca la cantidad de cosas que hace bien, y se quejen todo el rato por los pequeños problemas, por los que se le da la vara a un jefe.
Así que, puede que no sea consciente, pero desde mi humilde punto de vista es un gran dirigente y creo que también una buena persona.
Mañana tengo mi primera guardia... ¿Quién dijo miedo?
Mañana me acordare mucho muchisimo de tí, ánimo que tu puedes y ademas con esos compañeros y jefes que estas teniendo, me alegro un monton de tus logros. Espero verte pronto guapisima
ResponderEliminar:) así descrito, suena genial ^^, es el tipo de personas que enriquece a los que están a su alrededor, porque les hace pensar y aprender, y todo eso dejará su huella con el tiempo en ustedes, seguro :)
ResponderEliminaryo cuando roté por cirugía general estuve con el jefe de servicio y era genial, como médico y como persona
eso sí, en las sesiones clínicas volaban las dagas por el aire xDDD, cada uno con su opinión, pero al final siempre se sacaba alguna conclusión coherente
besitos!
PD. y por supuesto, ¡suerte en esa primera guardia!!
ResponderEliminar¡Buena guardia, doctora! Ya tenía ganas de podértelo decir.
ResponderEliminarHace no mucho me decian que el hospital donde estás no era tu favorito, yo que soy muy optimista y creo profundamente en la Vida y sus "lecciones" les dije que si es el que te ha tocado será seguro el mejor para ti. Me alegra que te guste y que estés contenta, sácale partido a lo que tienes alrededor, si has llegado hasta ahí es porque es tu sitio.
ResponderEliminarUn abrazo Doctora