La verdad es que operar y conducir tienen bastantes cosas en común:
- Al principio te parece imposible coordinar tantas cosas a la vez, lo más sencillo se convierte en un mundo: El peatón, el paciente, las señales verticales, la enfermera, las marcas en la calzada, la historia clínica, el contador de revoluciones, el adjunto, la palanca de cambios, las pruebas complementarias, el volante, la hoja de circulante, los espejos, las relaciones con otros servicios…
- No cambias de marcha sin que te lo diga el profesor de la autoescuela, así que estés oyendo el motor pidiendo socorro a gritos. Si tu adjunto no aparece no se te ocurre pedir una prueba complementaria, no vaya a ser que no esté indicada o las pides todas, para que tenga donde elegir porque no vas a tomar decisiones tú solo.
- En las rotondas dejas pasar a todo el mundo, te vas por el carril interior siempre que esté indicado aunque ello implique dar 3 vueltas a la misma glorieta, hasta que puedas elegir la salida que conviene a tu destino. Ves a cualquier paciente que te manden, aunque le duelan las muelas del juicio y sean las 4 de la mañana. Le pides todas las pruebas que se te pasan por la cabeza y le haces una exploración completa, incluyendo neurológica aunque venga por un uñero, no sea que se te pase algo. No te atreves a pedirle cosas a las enfermeras de quirófano, al fin y al cabo ellas llevan mucho más tiempo y saben de todo más que tú, ya están dentro de la vía circular y tienen la prioridad.
- Poco a poco empiezas a hacer cosas automáticamente, y ya no hace falta que prestes atención al cambio de marchas, observas que tienes dos manos y que ambas pueden resultarte útiles en un momento dado. De repente descubres que has suturado una herida tú solo y que estás firmando el informe de alta. Subes al coche y colocas los espejos, pintas y pones los campos estériles. Te atreves a pedirle cosas a las enfermeras, al fin y al cabo, eso es parte del trabajo por el que te pagan, y si ella está instrumentando eres tú el que tiene que decirle lo que quieres que te de y aceptas sus sugerencias, cuando te las da, porque siguen sabiendo más que tú que acabas de llegar, pero no por ello van a tener que cargar con tu trabajo. Preparas todo lo que prevés que puede hacerte falta. Arrancas el coche tú sólo, y no explota en el intento.
- Perfeccionas la técnica, aunque la falta de experiencia sigue haciendo necesario contar con un buen copiloto que te advierta de esos peligros que sólo pueden verse desde ese lado del coche. Es curioso, pero cuando te pones de copiloto ya no eres un pasajero, empiezas a pensar en qué harías tú si llevaras el volante. Descubres señales en las que nunca te habías fijado cuando eras un simple pasajero. Empiezas a ver la dificultad de solucionar problemas sobre la marcha que antes criticabas sin ser consciente de que no era tan fácil como parecía. Discriminas si el coche da tirones con un conductor novel o va suave con un chófer experto. Te das cuenta de cuando una enfermera acaba de llegar o cuando sabe antes que tú como vas a solucionar ese problema que ni eres consciente de que tienes.
- Y ya no puedes ser pasajero nunca más. Porque desde que aprendes a conducir, lleve quien lleve el coche, siempre piensas en qué harías tú si fueras al volante…
Esta entrada es fruto de haberme levantado en medio de la noche sin poder dormir en parte por el calor, en parte por los nervios de volver a tener guardia mañana después de una dura vuelta al trabajo y de haber perdido la poca práctica que tenía. Me pregunto si tardaré mucho en volver a coger el punto de embrague para que no se me cale demasiado…
y supongo que, como conducir, hay cosas que ya no se olvidan :) aunque el primer día te sientas todavía algo desorientada
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la entrada! Suerte!
ResponderEliminarMe encantó lo de las enfermeras en la vía circular! Bienvenida doc, seguro que en seguida has recordado todo, nada más coger el busca. Qué tal el viaje? Salamanca sigue esperándote!
ResponderEliminarMuy buena....no sé si tambien me la has escuchado a mí esta comparación, porque no paro de repetirla...en cualquier caso lo has descrito perfectamente...me ha encantado...
ResponderEliminarPor cierto, al final, todos , bien o mal, terminamos sabiendo conducir...trust baby!! ;-)
bss
Enseguida se acostumbra uno, sin problemas.
ResponderEliminarMe gustaría que ccondujeras un poco por mi blog ¿Te importa escribirme al correo drajomeini@yahoo.com? Es que no he encontrado un correo al que enviarte mi propuesta.
ResponderEliminarHola, soy estudiante de Medicina que comienzo mi 5º año en la Facultad de Medicina de Granada. Estoy realizando prácticas clínicas en una consulta de dermatología del Kendall Regional Medical Center de Miami (EEUU).
ResponderEliminarSi quereis ver mis vicisitudes por este pais y sus especial sistema sanitario, visitad mi blog:
http://estudiantenmiami.blogspot.com
Gracias y enhorabuena por tu blog
Saludos
Fernanddo