Hoy hemos tenido la última clase de la carrera.
¡Quién iba a decirme a mi cada vez que me asomaba al tablón de organo que iba a darme pena este momento!
Ha sido sobre desviaciones de columna. Trauma. Para el catedrático era también su última clase. Seguirá algún año como Émerito.
Muchos sueños, muchas ilusiones, muchos momentos difíciles en todos estos años. Buenos compañeros, y algunos muy buenos amigos...
A algunos, la mayoría, voy a echarles de menos. A otros, siempre los hay, dejaré de echarlos de más.
He madurado en Madrid. He crecido. He aprendido muchísimas cosas, sobre medicina pero sobre todo, sobre la vida. Me enfrentado sola a muchos fantasmas. Y lo he superado. Podremos con todo.
Diosssss!!! se me caía la baba viendo el video! que bonitoooooo!! No te preocupes, que somos como Alejandrito, que siempre seguiremos con cara de niñ@s, jejeje.
ResponderEliminarAhora en serio, has demostrado que puedes conseguir todo lo que te propones. Esto no es el final, si no el principio de otro camino. Seguro que todo te sale bien.
Te quiero...
por cierto, dentro de poco le tendrás que cambiar el nombre al blog, jeje
Jo, la última clase!. La verdad es que ni me he emocionado ni nada.
ResponderEliminarCreo que todavía no lo he asimilado, y el hecho de tener clases en la academia anula un poco lo de "la última clase".
Supongo que en la gracuación o después del último examen será como :zas! en toda la cara y lloraré mucho, aunque espero que a la gente que merece la pena de clase les siga viendo.