¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?

Si eres muy sensible no sigas leyendo esta entrada.

El jueves volví a Madrid. Ayer nos habían invitado a presenciar como se hace una atopsia. Supuestamente cualquier médico puede ser llamado a hacer una, una vez colegiado. Por ese motivo, un compañero y yo decicimos pasar una mañana en el Anatómico Forense, de esas que nunca se olvidan.

Y es que en medicina ya vemos cadáveres en primero, y en segundo, en las clases de anatomía, pero hacen por conservarlos para que aguanten todo el año. El olor a formol, supera cualquier olor a descomposición. Ayer no era así. En general la gente a la que le hacen la autopsia, lleva poco tiempo muerta. Ayer uno de los cadáveres estaba en fase enfisematosa. En el ranking de las cosas más malolientes, le ganó el número uno a un absceso perianal que una vez vi drenar en Urgencias en el mes de julio (no es que los abscesos perianales huelan bien, pero este se llevó la palma).

La situación empezó a ser un poco argggggg!! cuando una de las profes nos dijo que a una de las forenses una vez al abrir, le había saltado parte del putrílago a la cara, y que se lo había comido y tuvo que ir a ducharse enseguida. Después de aguantar aquello, hasta con buen humor, no creo ni que mi compi ni yo nos mareemos jamás ante situaciones desagradables.

La verdad es que me sorprendio la cantidad de gente, que muere todos los días en Madrid. Y según los que trabajan allí antes eran muchos más. Y no sólo eso, al anatómico sólo llegan las muertes violentas o sospechosas de criminalidad, o sea, que en realidad, debe morirse mucha más gente... Y yo, que tenía la impresión de que el cuerpo humano lo aguantaba todo, después de ver como la gente supera años de excesos sin apenas secuelas. Pues no señores, que resulta que algunos se mueren, y además se mueren jóvenes...

En un momento dado, una de las profes, me dijo que si quería hacerlo yo. Por supuesto, no sé decir que no a un bisturí, así que según me explicaba uno de los ayudantes, yo iba cortando, para sacar el encéfalo. Después me dijo mi compañero que uno de los policías que había allí, se giró a otro y le dijo algo así como: "¿Cómo una chica con una cara tan dulce, puede estar haciendo eso?"

Pues ya veis...