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domingo, 25 de julio de 2010
Buena suerte, te echaré de menos
Porque buscaba una compañera de piso y encontré una amiga. Porque siempre has estado ahí en los malos y buenos momentos. Porque nuestros amigos han sido de las dos desde el primer día. Gracias por todos esos momentos compartidos, esas risas, esos momentos de tensión MIR u oposicionales a medias. Por haberte convertido en mi hermana mayor en Madrid. Por todo eso, y a pesar de que hace tiempo que sé que la vida está llena de despedidas esta se me hace especialmente difícil. Por eso sólo te diré hasta luego, y como dice el grupo que más me gusta de tu ciudad: Nos vemos en los bares.
¡Buena suerte, niña!
domingo, 18 de julio de 2010
Relájate y disfruta
Os voy a hablar de mi servicio favorito (después del nuestro), ese sin el que nuestro trabajo sería un infierno. Está claro que con este título sólo puede ser el servicio de Anestesia. Ahí están ellos, en el lado oscuro del quirófano, controlándolo todo. Con una paciencia infinita, para lidiar con el cirujano estresado (no creáis que es fácil, aunque en esto la palma se la lleva la instrumentista) con las enfermeras, y con las constantes del paciente, haciendo que todo funcione mientras tú sólo piensas en como hacer la anastomosis (a mi me faltan años para eso) o dónde tienes que poner las pinzas para que el vaso deje de sangrar (yo aún estoy en este punto).
Porque el cirujano acaba su trabajo, y luego el paciente se va a la Rea (Reanimación) dónde son los anestesistas (en mi hospital) los que obran verdaderos milagros. Y es que por muy bien que esté hecha la cirugía no vale de nada si el paciente no está bien controlado.
Casi siempre con una sonrisa en la boca, creo que es condición indispensable para elegir la especialidad. Con una cultura general impresionante, y en el caso del Severo, hasta con una princesa de Disney entre ellos. Capaces de mantener la calma en las peores situaciones y de trabajar en modo multitarea, controlando muchos parámetros a la vez, sin quedarse colgados como Windows.
Compartiendo con nosotros los momentos más difíciles, que allí estaban ellos perdiéndose la final del mundial a nuestro lado, dándolo todo por una paciente que cada vez que voy a ver la Rea parece estar un poco mejor.
Y ya os hablaré en otras entradas de otros profesionales con los que trabajamos, y de paso os presento a mi servicio, que hay algunos de los que no os he hablado...
Me despido que mañana toca guardia de nuevo...
Porque el cirujano acaba su trabajo, y luego el paciente se va a la Rea (Reanimación) dónde son los anestesistas (en mi hospital) los que obran verdaderos milagros. Y es que por muy bien que esté hecha la cirugía no vale de nada si el paciente no está bien controlado.
Casi siempre con una sonrisa en la boca, creo que es condición indispensable para elegir la especialidad. Con una cultura general impresionante, y en el caso del Severo, hasta con una princesa de Disney entre ellos. Capaces de mantener la calma en las peores situaciones y de trabajar en modo multitarea, controlando muchos parámetros a la vez, sin quedarse colgados como Windows.
Compartiendo con nosotros los momentos más difíciles, que allí estaban ellos perdiéndose la final del mundial a nuestro lado, dándolo todo por una paciente que cada vez que voy a ver la Rea parece estar un poco mejor.
Y ya os hablaré en otras entradas de otros profesionales con los que trabajamos, y de paso os presento a mi servicio, que hay algunos de los que no os he hablado...
Me despido que mañana toca guardia de nuevo...
El tribunal de la Inquisición
Puede que por el título no lo hayáis deducido. Os voy a hablar de uno de los servicios de los que más colaboración necesitamos en cirugía. El servicio de Rayos (y truenos). Y es que cuando vas a pedir una prueba de imagen a un paciente, más vale que te sepas hasta su color favorito, porque todo es susceptible de ser preguntado... Yo ya he pagado la novatada un par de veces, y las que me queden.
Vete a pedir una eco de control a ver si le podemos quitar el drenaje a la del absceso subfrénico. Y allí que iba yo, llena de ilusión. Pues me ha dicho el Dr Jeckyll que si le podéis hacer una eco a Marujita Pérez, que le quitemos el drenaje. Marujita es una señora de chopecientos siete años que ingresó hace dos semanas por un aneurisma en la esplénica que requirió una esplenectomía y después desarrolló un absceso subfrénico. ¿Tiene fiebre? No, ya no tiene. ¿Echa algo por el drenaje? Pues supongo que no, porque para eso le pedimos la eco, para quitárselo, aunque en realidad yo no he visto a la paciente, ya te he dicho que me la ha pedido el Dr Jeckyll. Pues dile al Dr Jeckyll que me llame y que me lo cuente él, anda bonita...
Y luego está la mejor, lo que le dijeron a uno de mis adjuntos: "Yo le hago el TAC si tú le operas..." Que digo yo que si supiera de qué le tenía que operar lo mismo nos ahorrábamos el TAC.
En fin, esto me lleva a escribir en cada volante de rayos una descripción minuciosa de porqué solicito la prueba, acompañada de su correspondiente por favor y GRACIAS (Sí, así con mayúsculas, para que no quepa duda).
Así que, sin quererlo los radiólogos de mi hospital son unos de los que más me están haciendo aprender, porque ahora, cada vez que voy por allí me estudio a cada paciente para que no haya preguntas a las que no pueda contestar, aunque claro, seguro que algo se me escapa, y que ellos descubren que es, tienen ese sexto sentido...
martes, 13 de julio de 2010
Hablemos
Creo que tienes cosas que contarme. Hay tantas que no entiendo… Se me escapan tantos porqués, que ya no tengo claro en qué momento del camino decidí que te entregaba mi vida para que jugaras con ella como un gato lo hace con una madeja de hilo.
No tengo claro cómo fue que decidí dedicarte mis noches en vela, desearte, soñarte, pensar en ti hasta cuando no estoy pensando en ti. Soportar tus zarpazos, de esos que dejan cicatrices en el alma que sabes que están ahí aunque uno intente disimular.
¡Hay tantas cosas que no sé! Y me pregunto por qué me das tanto, para quitármelo justo un instante después, cuando empezaba a disfrutarlo. Te doy lo mejor de mí, mi tiempo, mis mejores años, mi vida entera. Soy tuya, casi más tuya que mía, y nada te parece suficiente.
Pero me da igual, porque ya me he entregado a ti, así que haz conmigo lo que quieras, mientras intento sobrevivir, y disfrutar de esos momentos de felicidad completa, que de vez en cuando me das. Esos, que responden a todas estas preguntas. Esos, que hacen que este puzzle, hoy desencajado forme una bonita imagen, que le dé sentido a haber pasado tantos años reuniendo piezas.
Aquí estaré, siempre a tu lado para cuando quieras hablar. Aprendiendo a ser como tú me estás haciendo. Siempre tuya, CIRUGÍA.
lunes, 12 de julio de 2010
Mis dos primeras guardias...
Voy a empezar esta entrada respondiendo una pregunta del marinero del servicio, que sé que suele quedarse varado de vez en cuando en estos mares. Sí, me sigue gustando esto. Nadie dijo que fuera fácil, no soy de las que se vienen abajo en los primeros golpes. Esto que hacemos es más grande que tú o que yo, aunque a veces sea capaz de echar abajo las morales más altas.
http://www.youtube.com/watch?v=17cCf7vYerE&feature=related
Después de esta introducción, entenderéis que la de ayer no fue desde luego una guardia fácil. No como la del viernes, en la que dormí como un bebé sin que el busca sonara en toda la noche. Ayer la guardia empezó ya fea. Un par de casos complicados, y un goteo constante a la urgencia, que nosotros pensábamos que era la gente que quería estar libre por la tarde para ver el partido. Pensábamos que sería una guardia tranquila hasta que el mundial se decidiera. Pensábamos ver el partido con los colegas de anestesia y unas pizzas o la deliciosa comida que algún marinero había traído de casa. Todo eso pensábamos... Y por supuesto, como siempre que uno tiene una idea preconcebida de algo, la realidad no tuvo absolutamente nada que ver. Por hacer un breve resumen, os cuento que mientras el árbitro pitaba para anunciar el comienzo del partido, estábamos informando a la familia de un paciente que sin cirugía, no tenía posibilidades de sobrevivir, y con ella probablemente tampoco, y pidiéndoles que decidieran rápidamente lo que fuera, porque no teníamos tiempo que perder. Como la decisión fue a favor de la cirugía, corrimos lo que pudimos para entrar en quirófano, donde mientras seguíamos navegando entre intestinos recibimos la llamada que nos anunció el gol de Iniesta y que la copa del mundo era nuestra. Al final la cirugía se pudo hacer, porque al entrar no estaba muy claro, y después hasta pudimos comer algo antes de seguir con la batalla.
Después del partido recibimos refuerzos de nuestros mayores que se ofrecieron a hacer la siguiente cirugía de urgencia, y así nos sentamos unos 15 minutos antes de volver al box de cirugía. A eso de las 3 y algo, después de aguantar algún que otro borracho, que ya empezaban a llegar, nos fuimos a dormir un poco. Por supuesto que a la media hora sonó del nuevo el busca, para ir a coser a otro que se había pegado. Y me vi a las 4 y pico de la mañana haciendo una historia clínica en inglés porque el colega no hablaba ni papa de español y encima iba más pedo que Alfredo. Es uno de estos momentos en la vida en los que te preguntas como coño has llegado hasta esa situación. Y claro, luego viene el famoso y archiconocido síndrome del "poyaque" que como bien sabéis consiste, en "Po ya que estás aquí, valórame a este chico que le duele la fosa iliaca derecha y el testículo". Vamos que el chico tenía un dolor de tres pares, pero como le dije a la internista, si era una apendicitis no se parecía a ninguna que yo haya visto (que es cierto que no soy experta en el tema, pero algo voy aprendiendo), y eso unido a que tenía un cordón fibroso en el testículo y una tumoración, y un dolor como si le hubieran pegado una patada pues me hizo recomendarle que llamara al urólogo de guardia, y claro, como me pidió que se lo escribiera, pues se lo escribí: "Recomiendo valoración por urólogo de guardia para filiar el origen del cuadro, si se descarta patología urológica avisar de nuevo". Y ya que estaba me quedé porque tenía mis dudas de que aquello no fuera una torsión, así que lo vi con el jefe de uro, que hizo un diagnóstico de sospecha de epididimitis y pidió una eco por si fuera una torsión. Me fui de nuevo a la cama a eso de las 6. Imposible pegar ojo, a las 8:15 han llamado de nuevo por un pleure-vac, y a empezar el día.
El miércoles nueva guardia... ¿Será de cal o de arena?
http://www.youtube.com/watch?v=17cCf7vYerE&feature=related
Después de esta introducción, entenderéis que la de ayer no fue desde luego una guardia fácil. No como la del viernes, en la que dormí como un bebé sin que el busca sonara en toda la noche. Ayer la guardia empezó ya fea. Un par de casos complicados, y un goteo constante a la urgencia, que nosotros pensábamos que era la gente que quería estar libre por la tarde para ver el partido. Pensábamos que sería una guardia tranquila hasta que el mundial se decidiera. Pensábamos ver el partido con los colegas de anestesia y unas pizzas o la deliciosa comida que algún marinero había traído de casa. Todo eso pensábamos... Y por supuesto, como siempre que uno tiene una idea preconcebida de algo, la realidad no tuvo absolutamente nada que ver. Por hacer un breve resumen, os cuento que mientras el árbitro pitaba para anunciar el comienzo del partido, estábamos informando a la familia de un paciente que sin cirugía, no tenía posibilidades de sobrevivir, y con ella probablemente tampoco, y pidiéndoles que decidieran rápidamente lo que fuera, porque no teníamos tiempo que perder. Como la decisión fue a favor de la cirugía, corrimos lo que pudimos para entrar en quirófano, donde mientras seguíamos navegando entre intestinos recibimos la llamada que nos anunció el gol de Iniesta y que la copa del mundo era nuestra. Al final la cirugía se pudo hacer, porque al entrar no estaba muy claro, y después hasta pudimos comer algo antes de seguir con la batalla.
Después del partido recibimos refuerzos de nuestros mayores que se ofrecieron a hacer la siguiente cirugía de urgencia, y así nos sentamos unos 15 minutos antes de volver al box de cirugía. A eso de las 3 y algo, después de aguantar algún que otro borracho, que ya empezaban a llegar, nos fuimos a dormir un poco. Por supuesto que a la media hora sonó del nuevo el busca, para ir a coser a otro que se había pegado. Y me vi a las 4 y pico de la mañana haciendo una historia clínica en inglés porque el colega no hablaba ni papa de español y encima iba más pedo que Alfredo. Es uno de estos momentos en la vida en los que te preguntas como coño has llegado hasta esa situación. Y claro, luego viene el famoso y archiconocido síndrome del "poyaque" que como bien sabéis consiste, en "Po ya que estás aquí, valórame a este chico que le duele la fosa iliaca derecha y el testículo". Vamos que el chico tenía un dolor de tres pares, pero como le dije a la internista, si era una apendicitis no se parecía a ninguna que yo haya visto (que es cierto que no soy experta en el tema, pero algo voy aprendiendo), y eso unido a que tenía un cordón fibroso en el testículo y una tumoración, y un dolor como si le hubieran pegado una patada pues me hizo recomendarle que llamara al urólogo de guardia, y claro, como me pidió que se lo escribiera, pues se lo escribí: "Recomiendo valoración por urólogo de guardia para filiar el origen del cuadro, si se descarta patología urológica avisar de nuevo". Y ya que estaba me quedé porque tenía mis dudas de que aquello no fuera una torsión, así que lo vi con el jefe de uro, que hizo un diagnóstico de sospecha de epididimitis y pidió una eco por si fuera una torsión. Me fui de nuevo a la cama a eso de las 6. Imposible pegar ojo, a las 8:15 han llamado de nuevo por un pleure-vac, y a empezar el día.
El miércoles nueva guardia... ¿Será de cal o de arena?
jueves, 8 de julio de 2010
Mi jefe y el método socrático
Hace semanas que tengo ganas de escribir esta entrada, pero por falta de tiempo no he encontrado el momento hasta ahora. Quiero hablaros de mi jefe, el actual jefe de servicio. Si no me equivoco creo que fue nombrado oficialmente más o menos cuando yo empecé a pulular por el servicio, aunque algo me dice que lleva haciendo esas labores más tiempo. Hasta entonces se ocupaba de la docencia del hospital, además de la labor asistencial como adjunto de cirugía. Ahora en docencia ha pasado el relevo, pero eso será motivo de otro post.
Cuando llegué a la primera sesión me sorprendió mucho su manera de hacer las cosas. Acostumbrada a que un jefe mande y los demás obedezcan me vi de pronto descubriendo que las cosas se pueden hacer de otra manera. Me explico, porque para quien no haya estado nunca en una de nuestras sesiones será difícil de entender. Un dirigente puede ordenar que las cosas se hagan como él dice, y no tiene porqué dar explicaciones. Pero ese no es mi jefe. Él es un guía más bien, un Sócrates de la medicina. No impone sus ideas, sino que hace que cada uno exponga sus argumentos y se plantee preguntas que le lleven a la mejor resolución posible con los datos disponibles. Hace que la gente se plantee dilemas y los guía hasta la solución. Pregunta a cada cual que cree él que es la mejor opción, razona, argumenta y concluye en equipo aportando todo el conocimiento que se tiene sobre el tema, porque no me preguntéis cómo pero el siempre viene a las sesiones habiéndose leído los últimos artículos sobre los temas más relevantes y aún si se va de vacaciones al volver conoce detalles de los pacientes que a los que se han quedado trabajando se les escapan. La verdad es que no tengo ni idea de cómo le da tiempo a todo eso y luego además tener su vida, pero os digo que me parece un gran líder.
En quirófano, estar con él es descubrir una anatomía perfectamente definida. Andar sobre seguro, sabiendo que nada pasa por casualidad, sino que cada pequeño movimiento es producto de muchos años de estudio. Esta en lo que yo creo que es la edad perfecta para un cirujano. Con la destreza, la habilidad y los conocimientos necesarios para solventar cualquier eventualidad, y con las ganas de alguien lo suficientemente joven como para disfrutar de su trabajo.
El caso es que esta semana he estado con él en el parte un par de días. Y trabajando a su lado me doy cuenta de la presión a la que se ve sometido, sin que nadie le diga nunca la cantidad de cosas que hace bien, y se quejen todo el rato por los pequeños problemas, por los que se le da la vara a un jefe.
Así que, puede que no sea consciente, pero desde mi humilde punto de vista es un gran dirigente y creo que también una buena persona.
Mañana tengo mi primera guardia... ¿Quién dijo miedo?
Cuando llegué a la primera sesión me sorprendió mucho su manera de hacer las cosas. Acostumbrada a que un jefe mande y los demás obedezcan me vi de pronto descubriendo que las cosas se pueden hacer de otra manera. Me explico, porque para quien no haya estado nunca en una de nuestras sesiones será difícil de entender. Un dirigente puede ordenar que las cosas se hagan como él dice, y no tiene porqué dar explicaciones. Pero ese no es mi jefe. Él es un guía más bien, un Sócrates de la medicina. No impone sus ideas, sino que hace que cada uno exponga sus argumentos y se plantee preguntas que le lleven a la mejor resolución posible con los datos disponibles. Hace que la gente se plantee dilemas y los guía hasta la solución. Pregunta a cada cual que cree él que es la mejor opción, razona, argumenta y concluye en equipo aportando todo el conocimiento que se tiene sobre el tema, porque no me preguntéis cómo pero el siempre viene a las sesiones habiéndose leído los últimos artículos sobre los temas más relevantes y aún si se va de vacaciones al volver conoce detalles de los pacientes que a los que se han quedado trabajando se les escapan. La verdad es que no tengo ni idea de cómo le da tiempo a todo eso y luego además tener su vida, pero os digo que me parece un gran líder.
En quirófano, estar con él es descubrir una anatomía perfectamente definida. Andar sobre seguro, sabiendo que nada pasa por casualidad, sino que cada pequeño movimiento es producto de muchos años de estudio. Esta en lo que yo creo que es la edad perfecta para un cirujano. Con la destreza, la habilidad y los conocimientos necesarios para solventar cualquier eventualidad, y con las ganas de alguien lo suficientemente joven como para disfrutar de su trabajo.
El caso es que esta semana he estado con él en el parte un par de días. Y trabajando a su lado me doy cuenta de la presión a la que se ve sometido, sin que nadie le diga nunca la cantidad de cosas que hace bien, y se quejen todo el rato por los pequeños problemas, por los que se le da la vara a un jefe.
Así que, puede que no sea consciente, pero desde mi humilde punto de vista es un gran dirigente y creo que también una buena persona.
Mañana tengo mi primera guardia... ¿Quién dijo miedo?
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