He decidido usar mi tiempo libre para hablar de un tema que sé que preocupa a muchos de los caminantes que frecuentan asiduamente este espacio. Es una cadena que encuentro de manera recurrente entre las búsquedas de personas que llegan a este blog. Bien porque la consumen, o porque tienen cerca a alguien que lo hace, así que sin ser experta sobre el tema, me gustaría contar algunas cosas.
La cocaína se obtiene de la planta de Erythroxylon coca, originaria de los Andes y que crece en unas latitudes de entre 600 y 1500 metros. Su cultivo se remonta a 5000 años antes de Cristo. La tradición incaica cuenta que fueron los padres del imperio: Manco Capac y Mamá Ocilo quienes introdujeron esta planta. Las hojas de coca eran mascadas por los indios para soportar el mal de altura, el hambre y la fatiga.
Fue en el año 1859 cuando un científico alemán de la Universidad de Gotinga, Albert Niemann, aisló el alcaloide principal de la coca: la cocaína. En el proceso utilizó básicamente alcohol, ácido sulfúrico bicarbonato sódico y éter. Comercializándose rápidamente como alimento para los nervios y como forma inofensiva de curar la tristeza, tensor de las cuerdas vocales se empleaba por los artistas del Bel canto e incluso una década más tarde se atribuía a su uso por parte de las mujeres el otorgarles "sempiterna vitalidad y hermosura".
Entre 1863 y 1865, un químico austriaco, Wilhem Lossen, descubrió la fórmula bruta de la cocaína. Los cuatro elementos del alcaloide son el carbono, el nitrógeno, el oxigeno y el hidrógeno: C17 H21 O4 N. Muy pronto y sobre la base de los conocimientos previos que se tenían sobre las hojas de coca, la cocaína llega a alcanzar un prestigio tanto científico como social, que llevará a utilizarla como remedio en algunas enfermedades.
Uno de sus primeros usos terapéuticos fue como anestésico local. En 1844 Koller describe su uso en este sentido en el campo de la oftalmología. En 1880, uno de los cocainómanos más conocidos, Sigmund Freud, la recomienda para tratar la depresión, el alcoholismo, la adicción a la morfina, el asma o los problemas gastrointestinales. En España, en 1921 Payes la emplea en anestesia epidural.
A finales del siglo XIX se populariza un vino llamado Mariani, que lleva como ingrediente principal cocaína, y en 1886 John Styh Pemberton idea la receta original de la Coca-Cola, que mantendría a la cocaína entre sus ingredientes hasta 1904.
La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central. Actúa inhibiendo la recaptación de noradrenalina y dopamina, aumentando la biodisponibilidad de estas sustancias la sinapsis. Sus efectos a corto plazo son aumento de la temperatura corporal, aumento de la tensión arterial, midriasis (dilatación de pupilas), sudor, temblor o taquicardia entre otros.
Su poder adictivo es superior al de ninguna otra droga, sólo comparable con la nicotina. Estudios de laboratorio han demostrado que ofreciéndoles a ratas de laboratorio dos pulsadores en el que detrás de uno de ellos haya comida y detrás del otro una dosis de cocaína, se decantan por la segunda opción, aunque esta vaya unida a una descarga eléctrica, pudiendo llegar a morir de hambre a causa de esta elección.
Su forma de presentación más habitual es como clorhidrato de cocaína, que es un polvo soluble en agua, y que puede consumirse por vía intravenosa (como Sherlock Holmes, se dice que inspirado en el propio Conan Doyle) o intranasal. La más adictiva de todas sus presentaciones, es la cocaína base, que en España conocemos como crack, generalmente se fuma en pipa de vidrio, en papel de aluminio o en pipas artesanales. Por esta vía sus efectos centrales aparecen a los 5 segundos mientras que esnifada tarda unos 30. Se dice que el crack es el sueño del narcotraficante y la pesadilla del consumidor.
La combinación de cocaína con alcohol da lugar al cocaetileno, un metabolito especialmente cardiotóxico. Los efectos secundarios de la cocaína incluyen arritmias, infartos, crisis hipertensivas, taquipnea, pulmón de crack de origen isquémico, hipertermia maligna, convulsiones e ictus cerebrales, alucinaciones, convulsiones, ansiedad, reacciones paranoides. En embarazadas aumenta el riesgo de aborto, muerte fetal intraútero, prematuros o muerte súbita neonatal.
El consumo de cocaína produce cambios permanentes en la fisiología cerebral. Y el tratamiento de deshabituación es tremendamente complicado.
Espero que esta entrada sirva de algo. Mi opinión personal es que lo mejor es no probarla, porque el que lo hace, normalmente repite (no conozco a nadie que no lo haya hecho) y es una droga especialmente difícil de controlar por su fortísimo refuerzo positivo. Al que ya haya empezado: Suerte.
Las drogas no son juguetes, ni "entretenimiento", son sustancias muy peligrosas, por hacer un símil, como un fórmula 1, requiere preparación, disponer de recursos de todo tipo, en definitiva "saber".
ResponderEliminarLos occidentales además, y para más "peligro", hemos decidido sintetizarlas. Puedes perder la vida o peor ¿hay cosas peores que perder la vida? Si.