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lunes, 12 de abril de 2010

Para ser conductor de primera...



Como ya os dije en un post previo, me estoy sacando el carnet de conducir. Después de este último año haciendo test, no es raro que acabe en unos 6 minutos, las 30 preguntas para las que te dan media hora. Me leí el código con el síndrome de Estocolmo de quien descubre un manual verde después de tantas semanas de liberación post-encierro mírico. Esta avidez de conocimientos viales, me hizo acabármelo en 3 tardes, para poder pasar el resto como a mí me gustan, eligiendo entre varias opciones, eso sí, aquí sólo hay 3 posibles y encima no restan, pero no se puede fallar más de un 10%, si no quieres tener que repetirlo. Y como la economía en estos momentos de mi vida no está precisamente en auge, espero no tener que hacerlo, al menos el teórico.

El caso es que ya he dado dos clases. Después del impacto inicial, de tener que dominar tantas cosas a la vez: pedales, palanca, espejos, señales, marcas en la calzada, peatones incautos... Mierda, me llevo el volante a la derecha cada vez que cambio de marcha, esto en la autovía a más de 120 son unos cuantos metros en los que me la podía haber pegado, sino fuera porque mi profesor de la autoescuela está más atento que yo a lo que hago. Una vez que le coges el truco a eso de embragar y desembragar, oye, como que lo de conducir empieza a gustar. Ya he conseguido que mis padres me dejen probar con sus coches, por supuesto por zonas en las que no había peligro, una experiencia que tengo que decir que me está llevando a pasar grandes momentos con mi padre, que me hacen querer que esto dure más tiempo, pues he descubierto en él toda la paciencia que ahorra en otros campos de su vida y estoy aprendiendo mucho.

De momento, lo mejor que he sacado, es que soy mejor peatón y con mi vehículo, que no es otro que la bicicleta, he ganado en prudencia y atención a cosas que antes se me pasaban por alto. En fin, que me gusta conducir...

2 comentarios:

  1. Tu padre fue el que me dio a mi las clases de coche, y lo recuerdo con la paciencia del santo Job. Me gustaria que le diera tambien a Maria clases estoy segura que no hay mejor profesor.

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  2. Puedes estarlo, creo que bien podría ganarse la vida con ello.

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