Hay algunos profesores que son muy buenos, muy organizados, pero no son capaces de llegarme. Me siento en clase, escucho, y sin darme cuenta mi atención se ha dispersado sin saber bien decir cuando. A la mayoría de la gente les gusta, porque es fácil coger apuntes. A mí no, porque es como si me leyeran un libro. No son los peores, pero no me sirven de mucho sus clases.
Luego están los humanistas, con los que se coge fatal apuntes, porque te cuentan un montón de casos clínicos que han vivido. Éstos son mis favoritos, porque en mi cabeza imagino lo que cuentan como si lo estuviera viviendo. Por su facilidad de comunicación, porque evitan la distancia que siempre nos separa del docente. El viernes pasado tuvimos un buen ejemplo con el Dr Jover, al que ya conocía de mi rotación por reuma. Pero a lo largo de la carrera ha habido muchos: Diego Gracia, El Dr Marco (neuro), Balboa, Herraiz (Gine), Domínguez-Rojas, Ferrández Portal, Represa, De Diego, Falahat (Maxilo), Diego Figuera (Psiquiatría), Dr Moro (Pediatría), Ladrón de Guevara, Villacastín, JL Rodrigo, Seoane, Orejas (Este si que es de la vieja escuela) y tantos otros.
Gran parte de lo que he aprendido se lo debo a este tipo de profesores. GRACIAS por vuestra manera de enseñar.
Yo soy estudiante en el Clínico y estoy completamente de acuerdo contigo. Son estos profesores, tan diferentes entre sí como Villacastín o Represa, pero que consiguen que prestes atención toda una clase y salgas de la misma creyendo que has aprendido algo de medicina, que lo entiendes y que dificilmente se te olvida. Y algo muy importante: que hacen que cuando llegues a casa te intereses por el tema y lo estudies con ganas de aprender de verdad. Y que decir de Orejas, solo con intentar aprender la décima parte de todo lo que sabe me daría por satisfecho.
ResponderEliminarTenía yo un profesor de este tipo, y que destacaba sobre sus homólogos humanistas, que da encanto oírlo. Tal vez os suene el nombre: Pascual Parrilla Paricio.
ResponderEliminarDa la casualidad de que suele impartir los temas más complejos pero una clase suya es una hora de bolígrafos sobre la mesa y los conductos auditivos completamente saciados de conocimiento. Una hora de aprendizaje.
Muchos lo llaman "Parrilla", otros tantos lo llaman "Jefe". Nosotros le llamamos 'dios'.
No me sonaba, pero lo he buscado por la red y parece que ha publicado libros. Seguro que me acaba sonando si al final hago cirugía.
ResponderEliminarEsos profesores hacen que tenga sentido estudiar la carrera.