Trabajando bajo presión:

Me estoy recuperando aún del atracón traumático (o sea del estudio de la traumatología) y es que a pesar de los sabios consejos de mi madre, sobre lo bien que me vendría ser un poco organizada en la vida, no logro conseguirlo. De nuevo la noche de antes me faltaba la mitad del exámen por leerme. Yo os prometo que le he dedicado tiempo, pero es que mi cerebro sólo funciona bajo presión. No sé por medio de que mecanismo, a las 12 de la noche del día del exámen, mis ojos se abren como platos, y mi cerebro se convierte en una esponja capaz de memorizar los datos más inverosímiles. Puedo aguantar la atención en un rendimiento máximo que sólo conozco cuando mi nivel de estrés pasa de un punto umbral.

Admiro a la gente que es capaz de organizarse, de llevar todo al día, y de que les cunda. Ójala yo pudiera hacerlo, pero lo intento y siempre me acabo dispersando. Aún así he mejorado mucho, en los últimos tiempos. Antes me quedaba el exámen entero, y ahora sólo la mitad... La verdad es que la asignatura que mejor he estudiado en toda la carrera, ha sido cardio. Y fue gracias a Rodri, ese gran maestro. Cada día nos daba un libro para leerlo en casa. Y al día siguiente nos preguntaba sobre él. Te llevaste el libro de electros ayer... ¿Que crees que tiene este hombre viendo su electro? Nunca he estado tan motivada. Presión día a día es lo que me hace falta para rendir. Sé que es muy infantil y que a mi edad no debería hacerme falta que papá me preguntara la lección, pero la verdad es que a mi me hace funcionar mucho mejor.

Lo de Rodri es caso. Se merece una entrada o unas cuantas para el solito, por ser muy buena persona, muy buen médico y el mejor de los maestros. En los próximos días me explayaré... Además soy consciente de que algun@ más comentará al respecto...